Los siglos XII y XIII contemplaron el nacimiento de uno de los movimientos religiosos más originales y controvertidos de la Europa Medieval: las beguinas. No sólo se rebelaron contra las órdenes establecidas organizándose en cenobios lejanos a toda regla, sino que plasmaron en palabras sus experiencias convirtiendo su existencia en hermosas obras inmortales.
Matilde de Magdeburgo. Poeta, beguina, mística
La fecha del nacimiento de Matilde oscila entre 1207 y 1210. Lo que es seguro es que nació en la diócesis de Magdeburgo, en el seno de una familia acomodada de la que recibió una buena y exquisita educación.
Con tan sólo 12 años tuvo sus primeras experiencias místicas que le llevaron a abandonar a su familia y unirse a las beguinas de Magdeburgo, con las que vivió durante 40 años. Matilde trabajó como una beguina más ayudando a pobres y enfermos, pero ocultó durante mucho tiempo su conocimiento interior.
Animada por su confesor, decidió poner por escrito lo que llevaba experimentando desde niña. Poesía y narrativa se funden en un precioso libro donde a través de figuras alegóricas como Amor, Alma o Fidelidad, relata sus vivencias místicas con constantes referencias al Cantar de los cantares.
La obra de Matilde fue criticada no sólo por el hecho de haber sido escrita por una mujer en una lengua vulgar que no era el latín, sino también porque no dudó en criticar en su libro la decadencia del Imperio y de la Iglesia.
Acosada por sus enemigos, Matilde se refugió en el convento de Helfta, donde murió a una edad avanzada, convirtiéndose en uno de los centros más famosos del misticismo medieval femenino.
En la actualidad, el monasterio de Helfta es un punto importante de la ruta turística del románico del estado de Sajonia-Anhalt, que a su vez forma parte de Itinerario Cultural del Consejo de Europa.
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